Kim Kardashian no pudo contener las lágrimas al repasar los hechos que tuvieron lugar en París el pasado mes de octubre, cuando fue asaltada en su residencia a punta de pistola, vendada y maniatada por una banda de ladrones, temiendo por su vida.
En el robo, la estrella de reality fue despojada de joyas por valor de 10 millones, y la experiencia resultó altamente traumática para la Kardashian.
Kim estaba siendo entrevistada por la conocida presentadora Ellen DeGeneres, y se abrió para contar su experiencia.
La famosa que hizo su fama vendiendo su propia intimidad hasta convertirse en un fenómeno mediático de la era digital, dice mostrarse “agradecida” por el aprendizaje que le dejó la mala experiencia, y se considera una persona “completamente distinta”.
"No quiero empezar a llorar, pero sé que estaba destinada a que me pasara. Siento que soy una persona distinta. No quiero llorar más", dijo visiblemente emocionada.
Kim añadió: "Siento que las cosas pasan en tu vida para enseñarte cosas".
Ahora intenta ser menos presumida y enseñar menos riquezas en redes sociales (algo difícil puesto que su profesión es airear todos los elementos de su vida).
"Por supuesto, cuando te comprometes vas a mostrar tu anillo, si consigues un coche -no importa el que sea- te sientes muy orgulloso y puedes mostrarlo en las redes sociales. No estoy aquí para mostrarme como antes. Ya no soy quien era", ha admitido.
También admitió sentir miedo de que le vuelva a suceder algo parecido, y que su vida y su manera de viajar han cambiado debido a las medidas de seguridad.
Sobre los minutos que pasó durante el órdago, comentó: "Sucede muy rápido, fueron unos siete u ocho minutos de tortura, pero cuando miro hacia atrás y lo analizo, podría haber sido peor"…"No eran muy agresivos, podría haber sido mucho peor, así que no quiero que suene como si no estuviera agradecida. Estoy fuera, estoy en casa, estoy a salvo. Soy una persona mejor".